domingo, 13 de abril de 2014

Las 2 rutas de peregrinación a Copacabana están expeditas

Los peregrinos que realizan su caminata al Santuario de Copacabana, por Semana Santa, podrán elegir una de la dos rutas que  promociona la Gobernación de La Paz. En ambas vías, los caminantes  podrán degustar  comida  ofrecida, en ollas de barro, por los comunarios.
La directora de Turismo del gobierno departamental, Luciana Méndez, recordó que   los peregrinos, que  caminan  hacia el Santuario de Copacabana, desde 2011 tienen dos alternativas para llegar a esa población: la tradicional, que es por Peñas y que demora entre 72 y  96 horas, y la alterna que va por Pucarani, que dura 48 horas.
   "Ambas rutas están en buenas condiciones como para recibir a los peregrinos y ofrecer una variedad de servicios”, aseguró.
 Recordó que el año pasado se presentaron problemas en el viaje hacia el santuario, debido a que la ruta tradicional estuvo bloqueada y la alterna tenía problemas en la vía. Sin embargo, aseguró que para este año ambas rutas están habilitadas.


De acuerdo con la secretaria de Cultura y Turismo de la Gobernación de La Paz, Natalia Quispe, este año por primera vez los comunarios de ambas rutas ofertarán comida típica en ollas de barro.  "Los comunarios de ambas rutas se pusieron de acuerdo para que en cada sector ofrezcan ollas con comida típica a los visitantes”, confirmó  Quispe, quien aseguró que ésta es una actividad novedosa para atraer la visita de los peregrinos.
Explicó que la comida se venderá en ollas de barro, para tres, cinco y siete platos. El alimento será  típico del lugar, como el wallaq’e o sopa de pescado, ají de pescado, pejerrey, trucha e ispi, entre otros.
Explicó que los comunarios optaron por esa iniciativa porque observaron que la mayoría de la gente que viaja a esa población  lo hace   en familia o con amigos. "Las ollas servirán para que el horario del almuerzo sea un espacio de confraternización”.
 
  Las rutas
Méndez indicó que tanto la ruta tradicional como la alterna inician su recorrido en la extranca de San Roque.
 La primera   que tiene 139 kilómetros de distancia comienza en la tranca de San Roque y pasa por Vilaque, Batallas, Peñas, Huarina, Huatajata, Compi, el estrecho de Tiquina, además de la población de Calaminas y llega a  Tito Yupanqui, donde está la población de Copacabana.
"Para ir por esa ruta deben iniciar su caminata el martes o miércoles y así llegar el viernes por la tarde para la celebración de la misa”, afirmó Méndez.
En esa vía,  la Policía Caminera instalará puntos de hidratación, donde los peregrinos podrán beber agua y refrescarse.

La segunda ruta de 98 kilómetros pasa por  Pucarani y las comunidades de Aygachi, Cohana, Cumaná y Quehuaya, además de las islas Suriqui y Taquiri, las cuales deben pasar  con balsas. Después llegan a  Isicachi, Santiago de Ojje y  Copacabana.
Testimonios
Emilio Larrea
Peregrino 
"La Virgen cumple mis deseos”
Desde hace 20 años aproximadamente voy como peregrino a visitar a la Mamita de Copacabana. Todos los años voy con toda la fe y toda la carga de conciencia que llevo en mí, pero al llegar allá escucho la misa y siento un gran alivio. La Virgen cumple todos mis deseos y protege a mi familia. Guía mis pasos.
Mónica Prado
Peregrina
"Salvó a mi hijo de la muerte”
No creía en los milagros, pero desde que mi hijo se enfermó, lo hago. Cuando me enteré de que mi hijo tenía cáncer, quise morir, estuve muy deprimida, porque los doctores no me daban muchas esperanzas. Mi madre me dijo que vaya a Copacabana a pedirle a la Virgen que lo salve y lo salvó de la muerte. Ahora está bien.
Roberto Mamani  Peregrino
"Hay que viajar con mucha fe”
No creí, pero es cierto. Hay que viajar a Copacabana con mucha fe, para que todo lo que pidas te conceda la Mamita. Ella es muy milagrosa y siempre ayuda a quien lo necesita. A mí me ayudó en los estudios, en mi familia y en el trabajo, por eso no falto en esta fecha. La promesa es que hasta que ella me lo permita seguiré yendo hasta sus pies.

María Calle
Peregrina
"Voy rezando por todo el camino”
Una de las cosas que me enseñó mi padre, cuando me llevó a Copacabana por primera vez, es que vaya con fe; por eso ahora, que él no está,  voy rezando por todo el camino, para que la Virgencita me dé fuerza.

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