domingo, 13 de abril de 2014

DOMINGO DE RAMOS  Las tejedoras de los símbolos de fe DOMINGO DE RAMOS  Las tejedoras de los símbolos de fe

Religión y arte. Hoy el mundo católico recibe al hijo de Dios con palmas. En Cochabamba decenas de tejedoras de estos ramos cubrirán la demanda de miles de feligreses, dando inicio a la Semana Santa. En el mundo católico el Domingo de Ramos es el día en que se recuerda la "entrada triunfal" de Jesús a Jerusalén, exactamente una semana antes de su resurrección. De acuerdo al Antiguo Testamento, unos 450-500 años antes, el profeta Zacarías había profetizado la gran llegada del Salvador: "alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna". Y precisamente Mateo registra el cumplimiento de esta profecía: “y trajeron la asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y él se sentó encima. Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino. Asimismo la Biblia relata que la gente que iba delante de él y la que iba detrás aclamaba, diciendo: “¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!”. Es por eso que en la actualidad todo este simbolismo ya forma parte de la tradición cristiana durante la Semana Santa. En Bolivia, los católicos también replican esta acción y todos se preparan simbólicamente para recibir a Cristo con las palmas en mano. Es por eso que los ramos se convierten en objetos preciados masivamente. Pero la picardía criolla y la necesidad de generar ingresos económicos dio lugar al surgimiento de un grupo de hábiles tejedoras, que ya llevan generaciones dedicadas a tejer y dar forma a las ramas de palmeras para ser comercializadas el Domingo de Ramos. Son ellas las que año con año inundan con su arte el mercado local con nuevos diseños, de diferentes tamaños y acorde para cada bolsillo. Hojas de palmas La cadena de trabajo del arte de estas tejedoras no tiene un origen específico. En algunas familias la tradición se remonta hace décadas atrás, cuando era la abuelita quien sentada en el patio de su hogar comenzaba a tejer. Siempre a un ritmo lento para desarrollar sus diferentes modelos de ramos. “Yo lo aprendí de mi abuelita. Ella me llamaba para que la ayude a tejer en la casa. Me daba flojera, pero siempre terminaba a su lado”, recuerda Candelaria Vargas, quien ahora con sus 44 años, dedica las últimas semanas de marzo y las primeras de abril a tejer las palmas para Domingo de Ramos. En cambio María Elena, -quien prefiere no dar su apellido-, asegura que ella aprendió a tejer simplemente mirando a sus compañeras del mercado La Pampa.  LA RUTA DE LAS PALMAS Unas tres semanas antes de Domingo Ramos, a partir de las 11 de la noche, algunos comerciantes se dan cita en la parte posterior del mercado La Pampa en San Antonio y en la zona de la parroquia San Carlos de esta ciudad, para esperar los camiones que llegan de Santa Cruz que traen cargamentos especiales, pues no traen verduras o frutas. Se trata de una mercadería inusual ya que solo llega en seis oportunidades, dos veces por semana, -miércoles y sábado-, y se vende como pan caliente, en esta temporada. En realidad no se sabe con precisión cuántos son los camiones que arriban a esta ciudad. De acuerdo a Juan (camionero de profesión que no quiere ser identificado), señala que las mayoristas reúnen la materia prima de varios lugares de Santa Cruz y lo comercializan tanto en Cochabamba como en La Paz. Lo que si se sabe es que el buen manejo de la compra de este producto puede llegar a triplicar la inversión, aunque para ello se requiera de mucho trabajo, paciencia y pericia en los dedos; pero sobre todo de mucho trabajo, casi sin tregua, hasta terminar con todo lo adquirido. Estos camiones vienen cargados de ramas de palmeras que serán trasformadas en miles de palmas que serán vendidas en las puertas de los templos el día de hoy. Se trata de hojas laceadas, de casi un metro de altura y que están fuertemente amarradas cada 100 unidades. La más buscada es la palma que llega de Santa Cruz, que se denomina Hierba Buena, aunque su costo es mucho más elevado que la que llega del Chapare; este año este tipo de palma se comercializó hasta en Bs. 450 el amarro. Marisabel Arias, quien se encuentra en lugar, comenta que el costo y la diferencia que existe entre los dos tipos de palma es muy notoria, pues la Chapareña se vende a Bs. 150 el amarre. Pero en este caso no importa mucho el costo sino la calidad del producto, por eso ella sabe que su tía, Juana Antezana, solo comprará la Hierba Buena. “Esta hoja dura mucho más y se puede trabajar con ella con anticipación pues no se seca y es muy flexible para manipular”, asegura Arias. Además que no hay desperdicio de material por lo cual se puede obtener más ramitos, aunque más “sencillitos”. TEJIDO E INTEGRACIÓN Gertrudis López de Loza, con 42 años de edad, quien tiene su puesto en la calle Lanza esquina mercado Calatayud, asegura que lleva más de dos décadas en el tejido de los ramos de palma, ya que inició esta práctica cuando aún era soltera. Cada año, López compra cinco atados de hojas de palma, que rinden unas 500 hojas; de las cuales sacará alrededor de dos mil unidades de palmas. El trabajo habitual de López es la venta de flores en la esquina de las calles Uruguay y Lanza, pero en esta época intercala su trabajo con el tejido de las palmas. “Nosotros trabajamos en familia, mi esposo y mis hijos me ayudan a trenzar. Todas las noches nos reunimos y cada uno comienza a tejer”, asegura esta florista. De acuerdo a esta hábil tejedora, demora casi 15 minutos por cada ramito, -dependiendo el tamaño y diseño-. Ahora debe apresurar la tarea para terminar unas dos mil palmas. Claudina Andrade Alarcón inició esta actividad a los 15 años. A medida que fueron pasando los años ella adquirió mucho más pericia en las manos y actualmente es una de las pioneras en la creación de diseños. “Utilizo la palma hierba buena porque es más suave y flexible para tejer. Para mi los ramos grandes son los más fáciles de hacer, en cambio los pequeños son más morosos. Además que la palma que llega del Chapare no es tan buena, porque desprende un polvo blanco que hace escocer el cuerpo y tal vez nos puede hacer daño a los pulmones con el tiempo”, asegura Claudina. Para ambas tejedoras esta actividad solo es temporal. Estas son las razones para que las vendedoras también varíen el precio de su trabajo, que por lo general es por tamaño y simplicidad. Por eso se pueden adquirir desde cinco bolivianos hasta 15; aunque también existen las cruces, a dos bolivianos. Todo esto se define con la oferta y demanda. DEl artesano hasta el hogar Al final de esta breve pero laboriosa tarea, algunas tejedoras comienzan a tomar contacto con las revendedoras para entregarles toda su producción a un precio cerrado. Otras prefieren seguir trabajando en grupos familiares y reparten la producción entre sus hijos para su venta posterior. “Las revendedoras vienen a comprar por centenas y luego el Domingo de Ramos, a primera hora de la mañana, se asientan en las puertas de los templos para vender por unidad”, cuenta López. Todo este afán termina hoy, cuando las vendedoras se dirijan a las parroquias a vender sus palmas de ramos. “Es un día largo, a primera hora mis hijos se van al templo de Cala Cala y yo me voy a Colomi”, asegura. El último eslabón de la cadena de producción es el católico, que una vez que adquiere la palma la hace bendecir con el sacerdote. Después de la celebración eucarística se efectúa la procesión que forma parte de la liturgia del Domingo de Ramos, y que rememora la entrada triunfal del Señor en la ciudad de Jerusalén. Es así como la comunidad católica da comienzo a la semana de la Pasión y Muerte de Jesús en la cruz. Después los feligreses llevan sus palmas benditas a su hogar. La mayoría está acostumbrada a colocarlas detrás de la puerta principal de ingre-so en forma de cruz. Esta acción recuerda a los Cristianos que Jesús es el rey y que es muy bien recibido en su hogar. Muchos católicos tienen la creencia de que estas palmas de ramos protegen al hogar, no solo del mal sino también de los posibles accidentes, hurtos y que los va a librar de la mala suerte. lo cierto es que pocos cristianos se olvidan o dejan pasar la fecha sin adquirir su palma de Domingo de Ramos.

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