El Niño estaba ayer en el pesebre que armó la familia en el patio de su casa, en el barrio Juan Bosco, bajo techo y junto a otras imágenes.
Vicenta Porcel, abuela de la propietaria, contó que cuando le dijeron que Jesús lloraba ella lo sostuvo en sus brazos y lloró, nuevamente, al promediar las 11:00 horas, del 25 de diciembre.
Jorge Méndez recordó que la imagen lloró por primera vez en Navidad de 2012 y que durante 2013 lo hizo unas 16 veces.
“ Sus lágrimas eran como agua, como si estuviéramos llorando nosotros”, afirmó Porcel.
La familia asocia el fenómeno a un milagro y una bendición.
Entretanto, la Iglesia Católica explicó que no puede dar un veredicto y decir que es verdad o comprobar como un milagro a través de la ciencia.
Sin embargo, el delegado de la Comisión de Liturgia del Arzobispado, padre Iván Vargas, expresó que fenómenos como éste “podrían ser signos de que Dios se está manifestando para sensibilizar un poco ante todo dolor” y lo asoció con temas referidos a la niñez, como las muertes de niños, violaciones, abortos y otros atentados en contra de la infancia.
La Iglesia hace investigaciones sobre estos fenómenos.
Enterados de lo que había ocurrido, los vecinos visitaban ayer la casa, pero también llegaron creyentes de otros barrios, como Rubén Urquidi, de la zona norte.
“Nos llamó la atención. Creemos que es una manifestación divina (...) Vine también para pedir salud para mi mami que está un poquito delicada”, dijo.
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