martes, 19 de marzo de 2013

Desde 2010 se registraron 18 casos de robo a iglesias

Desde 2010 a la fecha, el Ministerio de Culturas registró 18 robos a iglesias coloniales del país y ninguno de los casos fue resuelto aún.

El caso más reciente, el robo a la Iglesia La Merced, en Potosí, ocurrido la madrugada del sábado, es uno de los más graves, ya que según reportes preliminares se estima que el botín -joyas y objetos sacros- llega aproximadamente a un valor de medio millón de dólares. Técnicos del ministerio cooperan con personal de la Policía y la Fiscalía en la investigación del hecho.

Además de este caso, la Unidad de Catalogación del Ministerio de Culturas registró en los últimos tres años hurtos de piezas de la Catedral de Santa Cruz (2010), la basílica de Copacabana (2011) y el templo de Guaquí (2012), entre otros (ver infografía).

“De todos estos casos, en este tiempo no se ha podido recuperar ninguna de las piezas”, explicó Lupe Meneses, jefa de esa unidad, y agregó que la mayoría de las denuncias que reciben son de los comunarios o autoridades de los municipios de las iglesias afectadas.

Procedimiento

Meneses sostuvo que una vez recibida una denuncia, el ministerio procede a verificar cuáles y cuántas piezas fueron sustraídas.

“Tenemos un inventario y registro de catalogación que utilizamos para determinar el alcance del daño. De no existir esta documentación, es difícil verificar el robo”, dijo la funcionaria.

Luego de registrar el robo, Culturas envía todos los datos a la Cancillería, al Comando de la Policía y a la Aduana Nacional para evitar que las piezas sean comercializadas y enviadas al exterior.

El proceso de investigación para encontrar las piezas y a los delincuentes está a cargo de la unidad jurídica del ministerio, la Policía, la Fiscalía y los comunarios.

El director jurídico del Ministerio de Culturas, Iván Rivas, quien coordina estos hechos con la Policía y los fiscales, indicó que hoy ofrecerá un detalle de la situación de cada uno de los procesos.

La mayoría de los templos saqueados están ubicados en el área rural. Por ejemplo, la iglesia de Tomave, ubicada en la provincia potosina de Quijaro, fue robada en dos ocasiones (2010 y 2012). “Los delincuentes se aprovechan de las precarias condiciones de seguridad de estos inmuebles”, sostuvo Meneses.

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