lunes, 11 de marzo de 2013

115 cardenales optarán por un papa carismático y reformador

La jerarquía de la Iglesia Católica iniciará mañana el cónclave que elegirá al sucesor de Benedicto XVI, el primer papa en siete siglos que renuncia al papado, conscientes del desafío histórico que deberá encarar el nuevo pontífice frente a la grave crisis que atraviesa la milenaria institución.

Al frente de una Iglesia sacudida por escándalos y la pérdida de credibilidad en la sociedad moderna, 115 cardenales electores deberán escoger en un plazo relativamente corto al pontífice número 266 de la historia, mientras su predecesor de 85 años aún vive, alejado del mundanal ruido en la residencia papal de Castelgandolfo.

El nuevo papa deberá combinar capacidades administrativas y organizativas, mantener las tradiciones y ser también políglota, carismático, además de comprometerse a reformar a fondo la Curia Romana, blanco de duras críticas tras los escándalos de Vatileaks por una trama de abusos de poder, tráfico de influencias y hasta sexo.

El solemne rito de la elección será realizado en la imponente Capilla Sixtina, uno de los monumentos artísticos más visitados del mundo, de donde saldrá la célebre “fumata” o humareda blanca que anuncia al mundo la elección del papa.

Los cónclaves del último siglo han durado como máximo cuatro días, ya que el ritmo de cuatro votaciones al día acelera el proceso para identificar el favorito, explicó el portavoz del Vaticano, el jesuita Federico Lombardi.

Para iniciar una nueva era para la Iglesia, marcada por la inédita renuncia de Benedicto XVI, quien alegó “falta de fuerzas”, más de 150 cardenales han abordado por casi una semana en el Vaticano los asuntos más espinosos que afectan a la entidad, de manera de poder definir el perfil del líder de 1.200 millones de católicos.



La Iglesia afronta además una oleada de críticas internas que piden reformas: más democracia interna, modificar las reglas del celibato de los sacerdotes y de la ordenación de mujeres y que se permita comulgar a los divorciados que se han vuelto a casar.

La presión de la opinión pública y de los familiares de las víctimas de abusos sexuales cometidos por curas obligó incluso al cardenal británico Keith O’Brien a renunciar a participar en el cónclave luego de haber reconocido que tuvo un comportamiento sexual “inapropiado” en la década de los 80. Cerca de 12 purpurados, incluso algunos de América Latina, han sido acusados de haber encubierto tales crímenes durante años.

Los papables

En el abanico figura el brasileño Odilo Scherer , de 63 años, arzobispo de San Pablo, considerado un conservador moderado con mucho carisma, quien contaría con el apoyo de la Curia Romana. También incluye al italiano Angelo Scola, arzobispo de Milán, de 72 años, ex patriarca de Venecia, teólogo reconocido, dispuesto a barrer con todos los males e intrigas que azotan al Gobierno central.

Otro papable es el canadiense Marc Ouellet, ex arzobispo de Quebec, de 67 años, conocido por su rigor al liderar una de las diócesis más laicas de su país.

El nuevo sumo pontífice debe obtener al menos 77 votos.

Campaña para “adoptar” cardenal
A un día de que empiece el cónclave en la Capilla Sixtina del Vaticano, la elección de un nuevo papa suscita todo tipo de iniciativas, desde las apuestas por el probable sucesor de Benedicto XVI hasta la “adopción” de un cardenal a través de internet.

Una de las más originales es la página web adoptacardinal.org (adopte a un cardenal), que incita a los católicos a rezar por uno de los cardenales (elegido al azar) para que el Espíritu Santo lo “ilumine y lo guíe en la elección del sucesor de Pedro”.

Casi 400 mil personas ya han “adoptado” el suyo y la página tiene además la bendición oficiosa de los interesados, después de que los cardenales hablaran de ella en una de las reuniones previas al cónclave la semana pasada.

“Los cardenales necesitan que recen por ellos”, asegura el alemán Ulli Heckl, de 37 años, uno de los creadores de la página y miembro de Jugend 2000, un movimiento internacional de jóvenes católicos.


La vestimenta roja
Sangre Los cardenales, “príncipes de la Iglesia”, se visten de rojo púrpura, el color de “la sangre derramada por Cristo”, pero en la ropa eclesiástica destacan también los colores morado, negro y blanco.


Sotanas Las sotanas de los prelados que componen el colegio de cardenales son rojas en ceremonias especiales, en homenaje a Cristo. Cuando reciben el título cardenalicio se comprometen a “defender la fe hasta la muerte, hasta el punto de dar su sangre”.



1 comentario:

  1. http://tightwriters.com/
    Para mí es un ritual, porque según las voy desenvolviendo voy haciendo interiormente un recordatorio de como estaba el año pasado haciendo esto mismo, y reflexiono como estoy ahora y me invade siempre el mismo sentimiento
    Gracias Jesús por permitirme estar aquí un año más,con sus alegrías y sus dificultades pero todos, sin que nos falte ninguno.

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