sábado, 23 de febrero de 2013

Católicos respaldan a Benedicto XVI y ven una oportunidad de cambio


El anuncio de dimisión del papa Benedicto XVI ha abierto las compuertas para la reflexión y el debate al interior de la Iglesia católica. Hay sed de cambios, de realizar el Concilio Vaticano II, el programa inconcluso de una de las religiones más influyentes del mundo. Para reflexionar sobre el significado de esta decisión, la situación de la Iglesia y la agenda del próximo papa, EL DEBER convocó a un sacerdote, Guillermo Siles; a una religiosa, Micaela Princciotto; y al vocero del Arzobispado de Santa Cruz, Erwin Bazán.
Los tres tuvieron coincidencias en respaldar la decisión de Benedicto XVI y señalar su valentía en un momento desafiante para la Iglesia católica, que exige el liderazgo de una persona más joven. También discreparon, con matices, sobre temas críticos como la democratización de las estructuras eclesiales, el lugar de la mujer y los cambios que tiene que encarar el próximo papa. Entre broma y broma, hasta se animaron a debatir un cambio de la sede de la Iglesia, hoy en Roma por razones evangélicas, pero – señala Siles – ¿por qué no pensarla en Brasil, el país con mayor cantidad de católicos del mundo?

¿Una iglesia en crisis?
Ni Siles, ni Princciotto, ni Bazán consideran que la Iglesia esté en crisis, pero sí que se han cometido errores y que se debe avanzar en cambios profundos para dialogar mejor con una sociedad que enfrenta profundas transformaciones políticas, sociales, económicas y tecnológicas de enorme relevancia.
Guillermo Siles, director de radio Erbol y militante de los padres oblatos, reclama un cambio que vaya más allá de las formas. El recuerdo de su paso por el Vaticano resume uno de esos puntos nodales que revelan lo que diversos expertos y sectores al interior de la Iglesia señalan como una “crisis estructural”.

“Cuando estás en Roma sientes algo muy pesado, que es la burocracia. El próximo papa tiene que ser joven; que pueda entender los problemas de este mundo y de la actualidad. Esa burocracia que existe en el Vaticano ha traído muchos problemas. Detrás de esta burocracia, somos humanos, hay una carrera eclesiástica, hay hambre de poder en algunas curias, hay cardenales que están buscando influir más que otros. El papa que venga va a tener que influir sobre estas estructuras y también tiene que sanear allí con gente joven. Yo lo he visto cuando estuve en Roma. No te sientes un católico de base. Uno ve y se asombra. Parece un principado o un gran emperador y esta imagen hay que cambiarla. El papa tiene que cambiar esta imagen de un rey. Tiene que ser un pastor que arrea sus ovejas y que está al servicio de ellas”.

La exdirectora de Fe y Alegría, Micaela Princciotto reconoce: “Se han cometido errores, especialmente, en crear esa imagen de Iglesia-poder, siendo que la Iglesia es servicio. El poder político que la Iglesia ha tenido le ha hecho daño, por lo que es tiempo que volvamos la radicalidad y la esencialidad evangélica. Ahora tiene la oportunidad para ser lo que tiene que ser”.

Sobre los problemas que enfrenta la Iglesia, Princciotto resalta las palabras del mismo Benedicto XVI, que habló de divisiones internas y de hipocresías religiosas. “Es una Iglesia hecha de personas y como tales experimentamos la debilidad de la Humanidad. El papa tuvo que enfrentar todo el tema de la pederastia y la pedofilia, y ha sido durísimo”.
Erwin Bazán no ve una crisis en la Iglesia, sino que hay “ovejas descarriadas” que no han cumplido con el legado cristiano al caer en la pederastia, y destacó que Benedicto XVI fue el primero en señalar que aquellos que cometan abusos deben ser llevados ante la justicia.
“Fue el que actuó con mayor firmeza y decisión frente a estas situaciones”, afirmó.

Princciotto coincide que el actual papa impulsó cambios importantes, pero que aún falta. “Falta más democratización; la designación de obispos en los primeros tiempos se hacía en pequeñas asambleas, hoy queda en manos de unos cuantos ilustrados. La Iglesia tiene cierto paradigma vertical y vemos en la autoridad la voz de Dios, más allá de la persona que sea. Esto desde un punto de vista puramente humano; hay que tener en cuenta que la Iglesia también se alimenta de fé”, dijo la religiosa. En materia de participación de la mujer, afirma. “La Iglesia ha perdido siglos y  tiempo respecto a la mujer. Yo no quisiera ser sacerdote. A nivel de la Iglesia hay una deuda. En los primeros siglos de la Iglesia había diaconizas y ahora han desaparecido, siendo que el papel de la mujer puede otorgar una riqueza extraordinaria, sin necesidad de usurpar otros espacios. Es necesario que se le dé el espacio debido a la mujer”.

La agenda del próximo papa
Micaela Princciotto destaca que uno de los puntos nodales pasa por cumplir el Concilio Vaticano II, esa hoja de ruta que, en 1965, marcó un punto de inflexión en las reformas del catolicismo y que, como reconoció el mismo Benedicto XVI, han quedado inconclusas. Teólogos y sectores disidentes señalan que fue el mismo Benedicto XVI el que frenó los cambios de ese proceso.
“La Iglesia tiene un plan que todavía no ha acabado de poner en vigencia plenamente y que deben relacionarse con las necesidades de la gente”, destaca la religiosa.

Bazán coincide con Siles y Princciotto al señalar la necesidad de contar con un papa joven, que pueda llevar adelante un pontificado largo, como fue el caso de Juan Pablo II. También considera que se requiere “un gran pastor”, más que un líder político. Que tenga un gran vigor que pueda tomar decisiones rápidas en un mundo en transformación.
“Necesitamos una Iglesia más cercana a la gente, que sea más amiga en todos los ámbitos. El nuevo papa tiene que profundizar los cambios que ya se han planteado. Es el desafío de la nueva evangelización, que apunta a dialogar con otras realidades”, afirmó.
Según Bazán el programa católico apunta a luchar contra el programa global que busca vaciar a la Humanidad de Dios y gobernar al hombre sin el factor divino.
“El hombre sin Dios se pierde a sí mismo y si se pierde a sí mismo, pierde a Dios”, subrayó 

“Benedicto XVI quiso evitar un vacío de poder y reconoció que un anciano no puede gobernar la Iglesia. Se necesita un papa joven”
 Micaela Princciotto cree que Benedicto XVI se da cuenta de que el tiempo de hoy reclama otro tipo de papa. No es suficiente que sea elegido hasta la muerte (vitalicio), se requieren personas con fuerza necesaria para encarar esas transformaciones y esos procesos. “Él se da cuenta de que no estaba a tono con lo que este tiempo requiere y por eso da un paso al costado, en función del interés de la Iglesia”.
Para Erwin Bazán, la decisión de Benedicto XVI implica un cambio de paradigma y va a cambiar nuestra forma de ver y sentir a la Iglesia. “El Papa nos ha mostrado que no es inmortal ni insustituible, y muestra la senda para los próximos papas que, si no están en condiciones de gobernar, pueden renunciar sin problemas”, afirmó.
Guillermo Siles señala que “la renuncia del papa es un shock para la Iglesia. Paradójicamente, el hombre que defendió la tradición, es el que la rompe. Todos estábamos convencidos de que el papa iba a gobernar hasta la muerte y defender la tradición”.
El sacerdote destaca que la decisión se adoptó en plena conciencia y con plena libertad. Alguno se preguntará si tanto amaba a la Iglesia por qué abandona la barca, por qué se baja de la cruz. Yo no creo que haya abandono, sino libertad individual para decidir. La conclusión clara es: una persona anciana no puede gobernar la Iglesia.
Bazán no cree que se pueda comparar a Benedicto XVI con Juan Pablo II.
“Con gestos diferentes, ambos fueron fieles a la Iglesia. Benedicto XVI quiere evitarle a la Iglesia ese vacío de autoridad que se puede dar si él llega a la ancianidad”, indicó Bazán.
Finalmente, sobre la participación del cardenal Julio Terrazas en el cónclave en el que se elegirá al próximo papa, Guillermo Siles, Micaela Princciotto y Erwin Bazán destacaron que será el representante de la Iglesia boliviana y que rezarán por él para que adopte la mejor decisión.

   LOS PARTICIPANTES  
Guillermo Siles Paz
Sacerdote y director de Radio Erbol
Una iglesi liberadora
Guillermo Siles fue director de radio Pio XXII en los centros mineros. Allí comprendió la opción por los pobres. Le tocó vivir y sufrir las guerras del agua, en Cochabamba, y del gas, en La Paz. PIde una Iglesia menos jerárquica y más cercana a la gente. Es uno de los hombres clave de Erbol.

Micaela Princciotto
Exdirectora de Fé y Alegría
regresar a la esencia
Fue directora de las Escuelas Fé y Alegría donde se destacó como una de las educadoras más comprometidas con la formación de los jóvenes para los desafíos de la sociedad contemporánea desde la perspectiva cristiana y católica. Señala que la Iglesia cometió errores porque es humana y pide volver a la escencia y la radicalidad del Evangelio.

Erwin Bazán Gutiérrez
Vocero del Arzobispado de Santa Cruz
Contra los males modernos
Es el hombre clave de la comunicación del Arzobispado de Santa Cruz. Militante de las juventudes católicas, resalta la figura de Benedicto XVI por las transformaciones que puso en marcha y destaca que el mayor problema está en el secularismo y el relativismo, males cada vez más vigentes en la sociedad de hoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario