martes, 29 de enero de 2013

Relaciones del Vaticano con Hitler y Mussolini

El Vaticano se negó a condenar a Hitler o a Mussolini, y mientras firmaba acuerdos con ellos mantenía una aparente neutralidad.

Redacción Central

Las fuentes, de acuerdo con Telesur del 22 de enero de 2013, proceden del periódico inglés The Guardian y del director de la radio boliviana Fides, el sacerdote Eduardo Pérez.

The Guardian reveló que el Vaticano pudo haber adquirido varias propiedades en el Reino Unido, Francia y Suiza con el dinero recibido de Benito Mussolini, el dictador fascista que gobernó Italia desde 1922 hasta 1943. La Santa Sede posee varios edificios en estas tres naciones, por un valor total de 800 millones de dólares, de acuerdo con el rotativo, que afirma que sus datos son el producto de una investigación que realizó examinando los archivos del servicio de inteligencia británico.

Según The Guardian, el dinero fue recibido por la Santa Sede en 1929 de Mussolini a cambio del reconocimiento papal del gobierno fascista italiano. Mientras el director de radio boliviana Fides, el sacerdote Eduardo Pérez, había reseñado en un artículo que la opulencia del Vaticano “se basa en la generosidad de Benito Mussolini”, quien gracias a la firma del tratado de Letran entre su gobierno y la Santa Sede otorgó a la Iglesia Católica una serie de garantías y medidas de protección.

“La ‘Santa Sede’ consiguió que la reconocieran como un Estado soberano, se benefició de la exención impositiva de sus bienes como en beneficio de sus ciudadanos, tampoco tenían que pagar derechos arancelarios por lo que importaban del extranjero”, explicó Pérez.

Asimismo, “se le concedió la inmunidad diplomática y sus diplomáticos empezaron a gozar de privilegios de la profesión, al igual que los diplomáticos extranjeros acreditados ante la Santa Sede. Mussolini se comprometió a introducir la enseñanza de la religión católica en todas las escuelas del país. Los beneficios que recibió el Vaticano fueron enormes, entre ellos, los beneficios fiscales fueron preponderantes”, enfatizó.

En 1933, el Vaticano “volvió a demostrar su habilidad… al concordato de 1929, firmado con Mussolini, le siguió otro entre la Santa Sede y el tercer Reich de Adolgo Hitler, señaló el sacerdote. “El Papa Pío XII siempre se negó a excomulgar a Hitler y a Mussolini, su pontificado se caracterizó por adoptar una falsa pose de neutralidad.

Una de las mayores ventajas que obtendría el Vaticano del muy lucrativo acuerdo que mantenía con Hitler era la confirmación del Kirchensteuer, o sea un impuesto eclesiástico”, un impuesto que los católicos alemanes siguen pagando hoy en día.

Tales denuncias no son nuevas, desde finales de la 2ª Guerra Mundial se han sucedido varias denuncias, algunas exageradas, otras no lo eran. En este contexto, cabe recordar que el pasado año el Vaticano se vio envuelto, en enero, en otro escándalo cuando la prensa italiana divulgó documentos confidenciales que confirmaron la lucha en la Santa Sede.

Tras esta situación, el papa Benedicto XVI creó una comisión formada por tres cardenales, Julián Herranz, Josef Tomko y Salvatore De Giorgi, para investigar la fuga de documentos internos enviados por el actual representante en Estados Unidos y ex secretario general del Governatorato de la Ciudad del Vaticano, Carlo María Viganó, a Benedicto XVI, en las que denunciaba la “corrupción, prevaricación y mala gestión” en la administración vaticana.

Se dice que el poder es corruptor más si dura largo tiempo, en este caso se trata de un poder que dura desde la adopción de parte del Imperio Romano del cristianismo como religión oficial del Imperio. Son demasiados siglos.

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