martes, 25 de diciembre de 2012

La corona y las luces son un signo de la espera a Cristo

La corona y las luces de adviento que acompañan la decoración en las viviendas familiares, son un signo de la preparación y la espera de Cristo en la Navidad.

El círculo de follaje verde, color de la esperanza, recuerda la eternidad de Dios y hace referencia a los miles de años de espera del Mesías, desde Adán hasta su nacimiento y, en la actual espera de la segunda venida de Cristo.

La luz, materializada en las velas, representa a Cristo, luz del mundo que viene a iluminar a los cristianos. Se enciende una vela por semana de espera -es decir 4 velas-, toda vez que en las personas se reúnan en casa para orar y comer. Las luces de Cristo es también esa “luz que disipa las tinieblas y triunfa sobre la oscuridad del pecado y de la muerte”, según el libro de Juan, capítulo 8.

Esta simbología se complementa con la celebración, que puede expresarse en una reunión familiar donde todos unidos hacen una oración y meditación en torno a la corona.

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