sábado, 3 de noviembre de 2012

Cementerios paceños reciben miles de visitas

Sentada frente a una tumba, llorando y pidiendo protección, Magda Cáceres despidió el alma de su madre en el Cementerio General de La Paz. Curiosamente y a diferencia de los demás altares, había dos muñecas frente a ella. "Ella me las hizo. Decía que no compraba muñecas porque no tenían el corazón que ella les ponía a las suyas". Al igual que ella; miles de devotos se dieron cita los camposantos de la urbe paceña para despedir las almas de sus difuntos, en medio de música autóctona y mariachis, comida, bebida y todo lo que lo que gustaba al ser querido que partió.

Música y lágrimas presentes. Con un estricto control policial y una concurrencia que bordeó las 60 mil personas, el principal cementerio de la urbe paceña fue escenario de expresiones y ritos en la jornada de Todos Santos.

"Mamita, te espero al año", así se despidió Magda, a dos años de la muerte de su progenitora, reconociendo que en vida "no le di el tiempo que se merecía".

Alrededor de ella centenares de personas lloraban a sus difuntos acompañados de música autóctona interpretada en su mayoría por niños y jóvenes.

"¿Dónde te has ido?¿De dónde has venido?", coreaban familias al despedirse de las almas en una festividad arraigada en todo el país. Por Bs 5 niños oraban y cantaban en las tumbas y otros por Bs 10 las limpiaban.

Venta de flores y comida. La oferta de las flores y la comida no faltó en la jornada con comerciantes que se apostaron en las puertas de los camposantos. Los lirios, las rosas y los claves fueron los más cotizados para adornar las tumbas de los difuntos.

"La docena de lirios está a Bs 40, la de rosas a Bs 45 y claveles tengo desde Bs 2 bolivianos cada uno", ofrecía Justina Quispe en su puesto de flores.

Tumba más visitada. En este día, y a 15 años de su partida, la tumba del radialista y fundador del desaparecido partido Conciencia de Patria (Condepa), Carlos Palenque, continúa siendo una de las más visitadas por los paceños que recuerdan su vocación por la gente de escasos recursos.

Por eso sus simpatizantes continúan visitando su tumba, ubicada en el sector de notables del camposanto paceño junto al padre Luis Espinal.

Ofrendas florales, tantawawas y tantaachachis (panes con forma de niños y de abuelos, respectivamente) se depositaron en la tumba del recordado "compadre Palenque". "Siempre vengo porque era un hombre con corazón de oro, porque no pensaba solo en él, sino en la gente pobre y estoy seguro que está en el cielo y seguiré viniendo hasta el día que Dios me llame", dijo uno de los tantos vecinos.


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