viernes, 21 de septiembre de 2012

La Iglesia quiere a la energía nuclear alservivio del desarrollo

on la certeza de que la “seguridad mundial no puede basarse en las armas nucleares”, la Santa Sede destaca que la paz es posible sin la necesidad de recurrir a estos letales artefactos, y expone la necesidad de poner la energía nuclear al servicio del desarrollo del ser humano.

“Las zonas libres de armas nucleares son el mejor ejemplo de confianza y afirmación de que la paz y la seguridad son posibles sin la posesión de armas nucleares”, afirmó, el Secretario para las Relaciones con los Estados y Jefe de la Delegación de la Santa Sede en la 56 sesión de la Conferencia del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), monseñor Dominique Mamberti.

Así manifestó en la exposición que realizó, el lunes, en el foro internacional congregado en Viena, Austria, señala el Vatican Information Service (VIS). La Conferencia concluirá este viernes.

“La seguridad nuclear”, afirmó el Arzobispo es “un tema importante que atañe no solo a la familia de la AIEA, sino a la familia humana en su conjunto”, asegurando que el accidente de la planta nuclear en Japón “ha revelado con rapidez que una crisis nuclear local es, de hecho, un problema global”.

Lo ocurrido el año pasado en Fukushima “también ha puesto de relieve que el mundo está expuesto a peligros reales y sistemáticos, no solo hipotéticos, con costes incalculables y que es necesario poner a punto una coordinación política e internacional, como nunca antes”, remarcó al dejar en claro que “todo ello plantea numerosas cuestiones”.

“La seguridad mundial no puede basarse en las armas nucleares”, remarcó el Arzobispo al indicar que “la Santa Sede considera el Tratado para la Prohibición global de los experimentos nucleares (CTBT) una herramienta importante para alcanzar este fin, sin mencionar sus aplicaciones potenciales, civiles y científicas, a través el sistema de Supervisión Internacional”.

En ese sentido, “la Santa Sede está convencida de que, trabajando juntos, la firma, la ratificación y la entrada en vigor del Tratado representan una aportación significativa para el futuro de la humanidad, así como para la protección de la tierra y del ambiente que el Creador nos ha confiado”.

Al insistir en la necesidad de la confirmación del Tratado, monseñor Mamberti destacó que “también la ratificación por parte de todos los países, en particular de las potencias nucleares, de los respectivos protocolos de los Tratados para las zonas libres de armas nucleares es de gran importancia”.
Desarrollo
Al destacar el programa de cooperación técnica (TCP) de la Agencia, el Representante de la Santa Sede en la Conferencia internacional de energía atómica, afirmó que “es una de las herramientas principales para transferir la ciencia y la tecnología nucleares a los Estados miembros para promover un desarrollo social, económico e integral”.

“Estas iniciativas, cuando se basan en las necesidades de los estados beneficiarios” siempre “ayudan a combatir la pobreza y pueden contribuir a soluciones más pacíficas de los graves problemas de la humanidad”, agregó al citar el uso de la radioterapia en el tratamiento del cáncer.

Pero, también, llamó la atención que “en los países en desarrollo más de la mitad de los pacientes enfermos de cáncer no pueden acceder a esta terapia a causa de la carencia de instrumentos y personal apropiados”.

Monseñor Mamberti manifestó el aprecio de la Santa Sede a la OIEA por la “planificación y difusión de programas de control del cáncer” animándola a proseguir con esta actividad, indica el informe del VIS.//JTI//

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