lunes, 27 de agosto de 2012

La Iglesia no ve con buenos ojos los sacrificios a la Pachamama

El padre Tomás Cornejo, encargado de la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús de la ciudad de El Alto, aseguró que el único sacrificio válido para la Iglesia es el realizado por Jesucristo en la cruz, sin embargo, existe un sincretismo entre la religión y la cultura andina.

Según algunas de las creencias de la ciudadanía, la madre tierra, Pachamama, se enoja si alguien bebe sin invitarle lo que consume y que cuando ella tiene mucha sed, rompe la vasija y derrama su contenido.

Muchos le ofrecen la placenta de un recién nacido, enterrándola entre las flores, para que el bebé viva sin problemas mientras que para el amor, los amantes entierran cabellos anudados.

Sin embargo, el Padre Cornejo afirma que “las ofrendas que hace la ciudadanía son realizadas por costumbres y tradiciones precolombinas pero para la Iglesia Católica no es válido porque el único sacrificio recibido por Dios es Cristo”.

Agregado a ello, Cornejo señaló que existe un respeto por las costumbres siempre y cuando no se tergiversen o exageren sus prácticas.

“Hemos visto que las tradiciones y ofrendas que ellos ejercen los complacen, seguramente les debe hacer feliz, entonces, la iglesia debe apoyarles, pero, también tenemos la tarea de orientar porque a veces se utilizan elementos que no son adecuados ni bien intencionados”.

Por su parte, la población manifiesta que ambas creencias representan su espiritualidad y el agradecimiento que tienen por la vida.

“De la misma forma que creemos en Dios y le tenemos gratitud así debemos dar gracias por las bendiciones que nos brinda la naturaleza”, expreso Sofía Flores, ciudadana alteña.

Asimismo, hay quienes opinan en la sociedad tiende ser politeísta.

“La mayoría de la personas es ecuménica, es decir respeta todas las creencias y profesa la suya, además los bolivianos somos considerados como politeístas creemos en varias deidades, incluso en pedazos de piedra, así que para convivir en paz debemos tolerar la fe del próximo”, opinó Teresa Claver, maestra de un colegio alteño.

Lo cierto es que la Constitución Política del Estado manifiesta que todos los ciudadanos poseen la libertad de culto y de creencia religiosa y que la educación debe regirse bajo este marco, con ese contexto la libertad de uno debe terminar donde empieza la del otro.

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