sábado, 5 de mayo de 2012

Católicos recuerdan a San Peregrino protector de los enfermos de cáncer

La comunidad católica orureña celebró ayer en el Santuario del Socavón, imbuida de fe, la fiesta de San Peregrino, miembro en su tiempo de los Siervos de María considerado por la Iglesia como el protector de los enfermos de cáncer.

Los días que antecedieron a este fin de semana, fueron importantes al interior del Santuario del Socavón, pues se desarrollaron una serie de actividades en honor a San Peregrino, considerado como el patrono de los enfermos crónicos y de cáncer, como por ejemplo jornadas de oración reflejadas en el triduo que comenzó este martes y concluyó el jueves, concentrando a gran cantidad de fieles católicos, muchos de ellos con la fe puesta en que se puede producir un milagro y sanar de sus enfermedades.

Estas jornadas dieron paso a la celebración de las sagradas eucaristías, que se produjeron ayer por la mañana y por la noche, escenarios de fe, donde los Siervos de María entregaron óleos bendecidos o los impusieron, acciones recibidas con mucha fe por los fieles católicos.

San Peregrino nació en Forli (Italia), proveniente de una familia acomodada, que no significó por ejemplo que adquiriese ciertas actitudes como su incursión en un partido político que rechazaba al Papa. La Iglesia Católica identifica cierto parecido al fuerte carácter de San Pablo, conjetura reforzada en una revuelta, en la que el Papa envió a San Felipe Benizi como mediador, este fue golpeado en el rostro por San Peregrino y Felipe ofreció la otra mejilla. Este hecho impresionó a este santo, arrepintiéndose y convirtiéndose al catolicismo.

Por medio de visiones, la Virgen le indicó que fuese a Siena y se uniera a la Orden de los Servitas (Siervos de María), donde hizo mucha penitencia, observando una vida de silencio y soledad, destacando por otro lado como predicador y confesor.

Sin embargo, por permanecer de pie mucho tiempo, eventualmente adquirió venas varicosas que degeneraron en gangrena y luego cáncer, por tanto los médicos decidieron amputarle urgentemente la pierna dañada, pero la noche antes de la operación se la pasó en oración y al día siguiente estaba completamente sano, por este milagro su fama creció.

San Peregrino murió en 1345 a la edad de 85 años y fue canonizado por el Papa Benedicto XIII en 1726.

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