miércoles, 28 de marzo de 2012

El Papa critica a quienes se encierran en su verdad y buscan imponer a los demás

Benedicto XVI ha hecho una encendida defensa de la libertad de conciencia en la multitudinaria misa que ha ofrecido la Plaza de la Revolución de La Habana y en la que ha criticado duramente a quienes "se encierran en ´su verdad´ he intentan imponérsela a los demás".

Ante la imagen gigantesca del Che Guevara, del presidente cubano Raúl Castro y de decenas de miles de ciudadanos que han escuchado en silencio sus palabras, el Papa ha pronunciado una homilía muy comprometida y en la que ha defendido los derechos humanos y el derecho de la Iglesia a jugar un papel importante en la opinión pública.

El Papa comenzó su homilía recordando la lectura del texto Evangelio que se había realizado durante la misa, "La verdad os hará libres", donde se cuenta la historia de tres jóvenes perseguidos por el soberano babilonio Nabucodonosor porque se niegan a adorar a sus dios y prefieren afrontar la muerte abrasados por el fuego "antes que traicionar su conciencia y su fe".

Benedicto XVI aseguró que "la verdad es un anhelo del ser humano, y buscarla siempre supone un ejercicio de auténtica libertad". Pero también ha señalado como "muchos, sin embargo, prefieren los atajos e intentan eludirla". En ese sentido, el Papa ha denunciado que, al igual que Poncio Pilato, hay "personas que se lavan las manos como el gobernador romano y dejan correr el agua de la historia sin comprometerse" y otros "que interpretan mal esta búsqueda de la verdad, llevándolos a la irracionalidad y al fanatismo, encerrándose en ´su verdad´ e intentando imponerla a los demás".

Benedicto XVI también ha realizado una defensa de la "la inviolable dignidad del ser humano" y, asimismo, ha defendido el derecho de la Iglesia a jugar un papel destacado en la vida pública. "La Iglesia vive para hacer partícipes a los demás de lo único que ella tiene, y que no es sino Cristo, esperanza de la gloria. Para poder ejercer esta tarea, ha de contar con la esencial libertad religiosa, que consiste en poder proclamar y celebrar la fe también públicamente, llevando el mensaje de amor, reconciliación y paz que Jesús trajo al mundo".

A ese respecto, el Papa ha reconocido que aunque "en Cuba se han ido dando pasos para que la Iglesia lleve a cabo su misión insoslayable de expresar pública y abiertamente su fe" es preciso seguir avanzando. Y ha reclamado que la Iglesia pueda abrir sus propios colegios e universidades en los que "formar hombres virtuosos para forjar una nación digna y libre".

Benedicto XVI ha concluido asegurando que "Cuba y el mundo necesitan cambios, pero éstos se darán sólo si cada uno está en condiciones de preguntarse por la verdad".


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