viernes, 12 de agosto de 2011

La Iglesia reparte el cerro Cota a 500 comerciantes

“He llegado desde La Paz para pedirle a la virgencita que me conceda varios deseos. Es la primera vez que vengo y me han dicho que es muy milagrosa. Me estoy llevando unas cuantas piedras. Hoy mismo me voy, pero espero volver para devolver las piedras y contar lo que hizo por mí”, afirmó Fernando Collpari de profesión comerciante.

Al igual que Collpari muchos feligreses tienen la tradición de llevarse piedras ocasionando que cada año el cerro Cota se vuelva más pequeño.

La Iglesia católica, a través del Santuario Nuestra Señora de Urkupiña, está a cargo de la distribución de espacios del cerro a los comerciantes.

Según el vicario colaborador del Santuario Nuestra Señora de Urkupiña, Ramiro Méndez, el cerro Cota está dividido en cuatro sectores destinados a los gremialistas.

Uno de ellos son los picapedreros y vendedores de “terrenos” que están distribuidos en la parte sur oeste del cerro. El segundo grupo es de comerciantes de comidas instalado al centro (es un sector plano donde no existe roca). El otro grupo es de vendedores de las miniaturas y, por último, las personas que se dedican a los sahumerios que se asientan en los alrededores del cerro, en especial en la entrada al santuario.

Son más de 500 comerciantes que se instalan sobre el cerro Cota y sus alrededores. De este número más de 150 son los picapedreros que se asientan en pequeños espacios para ofrecer a los feligreses la oportunidad de “picar” piedras con un combo.

Según la tradición, las piedras que los feligreses extraen lo hacen solicitando, una o varias peticiones a la Virgen. Al cabo de un año, estas piedras deben ser devueltas al cerro a través de los sahumerios.

Esta tradición, que atrae a miles de devotos del exterior e interior del país, está ocasionando que el cerro Cota se asemeje a una pampa.

La picapedrera Marcela Zurita llega cada año a Quillacollo desde Santa Cruz para obtener un espacio en el cerro Cota. Esta actividad la viene realizando desde hace diez años.

Zurita relató que en el cerro puede permanecer un mes, pero antes debe dar una donación de Bs 40 al Santuario Nuestra Señora de Urkupiña.

Para encontrar las rocas inmensas, Zurita y los demás comerciantes excavan con picotas hasta hallar las piedras. Debido a esta actividad el tamaño del cerro se vuelve más pequeño.

Algunos picapedreros están instalados en el cerro desde inicios de agosto, para atender a los primeros feligreses. Esos días, antes de la peregrinación, los comerciantes logran atender por día entre dos a cinco visitantes que pican las piedras.

El día del Calvario, el 16 de agosto, un picapedrero llega a atender hasta 100 personas, en el mejor de los casos.

Pero, si la fuerza del combo contra la roca fue profunda el negocio del picapedrero se termina en cuestión de minutos logrando atender sólo a cinco o diez personas.

COMPRA DE ROCAS La Dirección de Cultura de la Alcaldía de Quillacollo tiene una medida paliativa para evitar que el cerro de Cota disminuya de tamaño. Tiene proyectado, desde el 2012, comprar rocas de otro sector para depositarlas en el cerro y continuar con la tradición.

Esta proyección aún está en debate y discusión con el Santuario Nuestra de Urkupiña.

Apuntes.



Festividad

La fiesta de la Virgen de Urkupiña se celebra del 13 al 16 de agosto en Quillacollo. La celebración convoca a peregrinos de toda Bolivia y países vecinos.

Las celebraciones son: la Entrada Autóctona, la Entrada Folklórica, la procesión y fiesta y, la peregrinación al cerro Cota.

Historia

En el siglo XVIII, en el cerro Cota, una niña pastoreaba ovejas cuando se le apareció una mujer con un niño en brazos. La niña conversó con la mujer por varios días y en una ocasión sus padres y vecinos las vieron. Mientras la gente se acercaba gritaban en quechua “orkhopiña, orkhopiña” que en castellano significa “ya está en el cerro”.

Comerciantes

En la plaza de la Integración, antes del Santuario de la Virgen de Urkupiña, están instalados cerca de 2 mil vendedores de otros departamentos.

“Las personas sólo se prestan las piedras del cerro”

El Director de Cultura de la Alcaldía de Quillacollo señaló que la principal tradición de los devotos de la Virgen de Urkupiña es la extracción de piedras del cerro Cota para pedir “favores”.

P: ¿Qué tradiciones se efectúan en el cerro Cota?

R: La tradición más importante es que la gente cree en que va a sacar un pedazo de piedra para prestarse y pedirle a la Virgen sobre varios temas como salud, economía y estudios.

En realidad es en calidad de préstamo. Para el próximo año debe devolverlas y volverle a pedir otra vez a la virgencita.

P: ¿Qué representa devolver las piedras?

R: Las piedras son un préstamo. Si no las devuelven significa que no están retribuyendo el bien que les hizo la virgencita.

P: ¿De dónde remonta esta tradición?

R: Es por la aparición de la Virgen de Urkupiña a una pastorcita. Todo ocurrió en el cerro. La gente considera que las piedras son sagradas.

P. ¿Qué medidas se aplica para evitar que el cerro reduzca de tamaño?

R. Hemos empezado a trabajar este año sobre el tema. Hay la intención de recuperar la serranía de Cota, pero se decidirá si se compra las piedras o se asumen otras medidas. No tenemos los datos de cuánto está disminuyendo el cerro.

Olores pestilentes emanan del Rocha

Un puente y un paso peatonal sobre el río Rocha dividen a la ciudad de Quillacollo del cerro Cota o Calvario. Los miles de feligreses deben atravesar esa ruta reteniendo la respiración o tapándose la nariz para no sentir los olores pestilentes.

El dirigente del Distrito 6, Ismael Espíritu, señala que la Alcaldía junto a otros municipios tienen proyectado el dragado del río Rocha para evitar los pestilentes olores de las aguas servidas, pero es un plan a largo plazo.

Espíritu lamentó que las autoridades del municipio y de la Gobernación sólo se acuerden de la zona por éstas fechas.

Los vecinos que habitan por la plaza de la Integración y alrededores del cerro Cota, conviven a diario con los olores y temen que sean víctimas de enfermedades por la contaminación.

La Alcaldesa hizo invitaciones a extranjeros y ésta será la imagen que dé la zona”, dijo.

Opiniones.

Félix Condori

Picapedrero

Cada año pagamos Bs 40 por el espacio de las rocas. Nos podemos quedar una semanas o unos días. Todo depende de cuánto dure la roca.

Las personas pagan de acuerdo a su voluntad. Algunos pagan Bs 5, 10 ó 20.

Pueden sacar toda la piedra que quieran, algunos tienen mucha fuerza y se van con mucho o con poquito.

Roxana Guzmán

Comerciante

He llegado hoy a visitar el cerro Cota con mi familia. Venimos más antes porque es más cómodo y tranquilo.

Solicito algunas cosas a la virgencita con mucha fe, pero yo no pago por las piedras, sólo me hago regalar un poco. Los picapedreros nos querían cobrar Bs 20.

Es una tradición que visitemos cada año a la Virgen.

Nancy Romero

Comerciante

El año pasado me presté algunas piedras y he venido a devolverlas porque el martes va a estar muy lleno el Calvario.

Todas las cosas que pedí a la virgencita me dio. Las peticiones las tengo guardadas en mi corazón pero siempre me ha cumplido, por eso le tengo mucha fe.

El martes regresaré, pero a rezar con mi familia.

Orlando Vargas

Comerciante

La gente viene por devoción y el resto por la tradición de sacar la piedra como símbolo de dinero y salud.

Mayormente se acercan a comprar billetitos, las chuspas, casitas, autos y otras miniaturas. Cada año vengo a vender estas miniaturas y me va bien.

Hay variedad de precios desde Bs 3 hasta 20. Todo está barato.


No hay comentarios:

Publicar un comentario