viernes, 22 de abril de 2011

Millones de cristianos celebran Jueves Santo

Millones de católicos y otros cristianos, repartidos en varias latitudes del mundo, celebraron ayer el Jueves Santo.

El papa Benedicto XVI celebró el Jueves Santo en la basílica de San Juan de Letrán, de Roma, la Misa de la Última Cena, durante la que lavó los pies a 12 sacerdotes y en la que denunció la indiferencia que se muestra actualmente hacia Jesús, especialmente en países occidentales de tradición cristiana.

Como Obispo de Roma, Joseph Ratzinger, de 84 años, conmemoró la Última Cena -en la que Jesús instituyó los sacramentos de la Eucaristía y del Orden Sacerdotal- en su catedral, San Juan de Letrán y con un vehemente llamamiento a la unidad de los cristianos.

Durante la homilia, el papa Benedicto XVI agregó que esos puestos vacíos son actualmente una "realidad" y precisamente "en aquellos países en los que había mostrado su particular cercanía", en velada referencia al Occidente cristiano.

Jerusalén
Miles de peregrinos cristianos venidos de todo el mundo siguieron con devoción la víspera de la crucifixión de Cristo en Jerusalén con la recreación de la Última Cena y la oración en el Huerto de Getsemaní.

Las distintas órdenes recrearon a primera hora de la mañana la ceremonia del Lavatorio de los Pies de 12 miembros de la comunidad cristiana en una ceremonia religiosa en la Iglesia del Santo Sepulcro, que alberga la piedra de la unción y la tumba vacía de Jesús.

El oficio, cantado en estilo gregoriano por los padres franciscanos, se prolongó con una procesión alrededor de la capilla del Santo Sepulcro, en cuyo interior quedó guardado el sagrado sacramento hasta hoy por la noche.

Turquía
En la catedral de Saint John oficia la misa de Jueves Santo el arzobispo de Esmirna, Ruggero Franceschini, ante decenas de personas que rezan a Dios llamándolo cada uno en su lengua: Dio, Dieu, God.

También se representa el Vía Crucis, pero siempre dentro del templo ya que la laica República de Turquía restringe las manifestaciones públicas de religiosidad al mínimo.

El Papa elogia a Juan Pablo II

El papa Benedicto XVI elogió cálidamente a su predecesor Juan Pablo II en su sermón de Jueves Santo, días antes de su beatificación prevista para el 1 de mayo.


El pontífice dijo que "por toda la vergüenza que sentimos por nuestros fracasos" el mundo no debe olvidar los radiantes ejemplos de fe, como Juan Pablo II.


Benedicto mencionó a Juan Pablo después de reflexionar en su homilía en la Basílica de San Pedro sobre cómo occidente parece estar cansado de su fe y aburrido con sus tradiciones cristianas.


"Cuando el papa Juan Pablo II sea beatificado el 1 de mayo pensaremos en él con el corazón lleno de agradecimiento por ser un gran testigo de Dios y Jesucristo en nuestros días", dijo Benedicto.


Sus organizadores dijeron que centenares de miles de peregrinos acudirán a Roma para la beatificación de Juan Pablo, el paso previo a la canonización. El Papa nacido en Polonia contribuyó durante sus 27 años en el trono de Pedro a la caída del comunismo y fue un viajero infatigable.

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