sábado, 23 de abril de 2011

Los cristianos, de luto

Hoy no se celebra la eucaristía, pero sí recibirán el cuerpo de Cristo", explicaba el sacerdote de la parroquia de San Sebastián, en la zona del mismo nombre, a los invitados a las cenas del Señor del Santo Sepulcro.
Cientos de personas, vestidas de negro y respetando el luto por la muerte de Jesús, escucharon el relato del Vía Crucis y formaron una fila para besar los pies de la sagrada imagen.
Luego de la misa, comenzó una procesión por la zona con las imágenes del Cristo de la Cruz, el Santo Sepulcro y la Virgen Dolorosa. Posteriormente, los devotos del Santo Sepulcro se trasladaron a tres salones para participar en las cenas de duelo previstas para recordar la fecha sagrada.
Ayer, el preste del Santo Sepulcro, Daniel Espejo, acompañado de su esposa y sus tres estandartes (personas que se brindan para acompañar y preparar las cenas) ofrecieron una misa especial.
Luego de la ceremonia, Espejo, su familia e invitados compartieron una cena en el salón Paladium de la avenida Armentia, en la cual abundó la comida. Hubo 12 tipos de preparaciones, representando a los 12 apóstoles, según dicta la tradición. Había también frutas, masas dulces, vino, cerveza negra y refrescos.
"Aquí la persona que quiera se brinda para adorar al Señor del Santo Sepulcro, todo es por fe", contó Espejo.
Como parte de la celebración, el devoto pagó la refacción del techo de la iglesia de San Sebastián. "Es parte de lo que debemos hacer y con gusto y gran fe se lo hace", aseguró Espejo.
CENAS. La cena en el salón Paladium de la avenida Armentia fue la primera parada de los devotos del Santo Sepulcro. Fue organizada por Lila Cuevas, una de las estandartes, quien no escatimó detalles junto a su familia.
En el ingreso del salón se había instalado la imagen del Señor del Santo Sepulcro, la primera parada antes de pasar a la mesa. El sitio estaba decorado con colores lila y blanco y mantelería acorde a esas tonalidades. Las mesas eran largas y sobre éstas había frutas, compotas, masas y dulces.
El olor de las preparaciones envolvía el lugar, el de los camarones y del cochayuyo eran los más fuertes.
En otras ollas se alistaba el arroz con leche y la canela ya comenzaba a soltar su fragancia. Charolas con bandejas llenas de masas dulces y torta eran también repartidas. La gente escogía con qué empezar la degustación.
El primer plato fue una entrada de croquetas de atún con una ensalada rusa, luego hubo sopa de camarones, cochayuyo y diversas comidas que fueron preparadas por cinco cocineros y repartidas por seis meseros uniformados.
En el patio del lugar había 12 niños sentados alrededor de la mesa, representando a los 12 apóstoles en la Última Cena. Ellos optaron por dulces y los pasteles mientras los mozos llevaban los platos.
"Ayer (jueves) el patio estaba lleno de papas, huevos, pescado y más cosas.
Hemos preparado todo hasta la madrugada y aún falta", decía Doris Garnica, una de las familiares de la anfitriona Lila.
"Un mes nos demoró preparar esta cena viendo cada detalle, porque es la primera vez que hacemos esto y la verdad nos da mucho gusto compartir con la gente y recordar a nuestro Señor", aseguró Patricia Cuevas, hija de la estandarte.
"Es mi fe la que me hizo brindarme.
Todas las frutas, por ejemplo, las compramos de madrugada y el resto por atados y cajas, todo un ajetreo", recordó sonriendo la señora Cuevas.
En el salón la gente hablaba muy bajo y la música la propiciaba una banda que sólo interpretaba piezas lentas. Algunas baladas y valses que los invitados reconocían.
En una de las mesas, al lado del altar, Espejo junto a sus invitados especiales degustaban los platos. "Así viene cada uno, cada plato, así se recuerda esta fecha", explicaba. Mientras les decía a los comensales que después se retiraría para acudir a la cena del otro estandarte que se encontraba en la calle Sagárnaga.
Una de las tradiciones de estas cenas es el lavado de pies. En la ceremonia de Lila Cuevas, los niños que representaban a los apóstoles fueron los protagonistas. En otras ocasiones, se convoca a niños de la calle.
ACTIVIDADES. Otras cenas similares se celebraron en diversas zonas de la ciudad, como en Santa
Rita, donde otros cientos de personas acompañaban a la Virgen Dolorosa.
Durante la procesión, que también abarcó a San Sebastián, el preste Aquiles Loza con su esposa dispusieron entregar cirios con farolitos hechos especialmente para la ocasión.
En aguayos y cajas, las devotas de la imagen de la Virgen llevaron las velas a la puerta de la iglesia de la zona esperando el final de la misa para entregarlas a los invitados.
"El preste dispuso que repartiéramos esto de manera ordenada y es por la fe y el cariño que se le tiene a la Virgen", decía Francia Alacoma.
Ayer en La Paz hubo diversas actividades por Viernes Santo. La procesión principal recordando el Vía Crucis se desarrolló por las calles del casco viejo.
UNA ADORACIÓN DELICIOSA
SALONES
Diversos locales de la ciudad fueron alquilados para estas cenas.
SEGURIDAD
La Policía acompañó la procesión en todo momento.
MÚSICA
Bandas a la salida de la iglesia esperaban para acompañar la procesión.

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