lunes, 18 de abril de 2011

Católicos rezan y piden tregua en los conflictos que vive el país

Palmas bien en alto”, pedía el sacristán mientras lanzaba agua bendita sobre los ramos, algunos de los que tenían adornos de colores y brillos. Adultos y niños se agolparon en el atrio para hacer bendecir sus ramos luego de la misa. Hubo gente que incluso estuvo con sus mascotas.

Desde temprano las puertas de la iglesia San Francisco y de otros templos fueron abiertas para recibir a miles de feligreses que portaban las tradicionales palmas, que luego llevaron a sus casas para ponerlas detrás de las puertas, como es tradición.
“Así nos sentimos protegidos contra las malas intenciones y la mala suerte”, comenta Dorotea Quispe, una de las fieles católicas.

Peticiones. Personas con las que conversó La Razón indicaron que además de rezar por recibir el favor divino, oraron por una tregua o solución a los conflictos del país.

Olga Terrazas, quien iba del brazo de su nieto cuando salía de San Francisco, sostuvo que “pedí por la paz, que llegue a los bolivianos, por lo menos que haya una tregua en esta Semana Santa”.

Más lejos estaba Mónica Zambrana, de 17 años, quien participó en la misa junto a su hermana menor. Ella dijo: “Queremos paz para el país y pedirles a todos que recuerden que ésta es una temporada de cambio”.

“Yo he venido con toda mi familia porque ésta es época para arrepentirnos de nuestros pecados”, señaló Dorotea Quispe.
Las vendedoras de las palmas también tenían sus oraciones. Dora Quispe, por ejemplo, dijo que ella pidió “una tregua por estos días, que no peleen, que no destrocen las cosas, por lo menos esta semana que paren los problemas, o que de una vez los arreglen”.

Comercio. Mientras, en las afueras del templo de San Francisco el comercio de ramos y adornos de diverso tipo no cesaba.

Los más pequeños pedían a sus padres que compraran los típicos anillos adornados con bolitas de plastoformo o canastillas, que ya llevaban huevos de Pascua de chocolate que también se comercializaban en el sitio.

Algunas vendedoras comentaron a La Razón que desde hace 15 días confeccionan los arreglos.

El material usado es la palma, que llega desde la comunidad de Lambate, ubicada en la zona de Río Abajo, en La Paz, pero también se utiliza material enviado desde Sucre. Estas plantas se comercializan por atados (se les conoce como amarros) y cada uno cuesta unos 350 bolivianos.

“El precio se ha incrementado y yo, por ejemplo, agarré medio amarro no más”, cuenta Dora Choque.

La celebración religiosa también fue aprovechada por dos adivinos que, a una cuadra y media del templo, ofrecían lectura en estaño.

En la plaza Murillo, la Catedral lucía vacía al mediodía, con pocas vendedoras en las afueras del templo y menos gente dentro. Lo contrario pasaba en la iglesia María Auxiliadora ubicada en El Prado, donde una multitud se dio cita para celebrar el Domingo de Ramos.

Similar situación se vivió en el templo de San Miguel. Muchos de los que fueron a la misa del mediodía tuvieron que estar de pie debido a que todas las bancas se encontraban ocupadas por los fieles.

En la ciudad de Santa Cruz, el cardenal Julio Terrazas recordó que esta fecha “se celebra para poder revivir entre nosotros todo lo que el Señor ha hecho para que seamos libres, para que volvamos a ser hijos del mismo Padre”, además transmitió el saludo y las bendiciones del papa Benedicto XVI para los bolivianos y recordó que ayer se celebraba la jornada mundial de la juventud.

Devoción y el clásico
Hubo personas que asistieron a la misa, que no ocultaron el apoyo a su equipo favorito en el clásico paceño 178 del fútbol. Varios lucieron poleras y chalinas de The Strongest y Bolívar.

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