viernes, 21 de enero de 2011

Los ritos de la Alasita toman la Catedral y otros templos católicos

El ritual para que las miniaturas de Alasita se hagan realidad no se reduce a los sahumerios, la ch’alla ni a la aspersión con agua bendita. Hay otra ritualidad casi desconocida que se practica bajo el techo de la Catedral y otros templos católicos.

Miembros del Observatorio Boliviano de las Culturas, cuya etnografía es parte de la investigación “Alasita, universo de deseos”, impulsada por el Museo de Etnografía y Folklore (Musef), echa luces sobre estos ritos.

Después de recibir el chorro de agua bendita en puertas de la Catedral de Nuestra Señora de La Paz, un numeroso grupo de iniciados entra al templo y llega hasta el retrato de San Juan Bautista, quien según la Biblia bautizó a Jesús.

Las personas que llegan ante la imagen de este santo, representado en alto relieve, frotan sus billetes de Alasita sobre la parte central del cuadro, decolorado debido a esta acción que se repite anualmente.

Otros —dice la investigación divulgada por el Programa de Investigación Estratégica de Bolivia (PIEB)— sujetan en alto sus fajos de billetitos con los que hacen círculos en el aire, para después dejarlos delante o detrás del cuadro.

Esta acción, según varias personas de los presentes, ayuda a pagar las deudas contraídas o allanar trámites y conseguir un préstamo, bancario o no.

Sin embargo, hay quienes miran con desdén esta práctica, que a su juicio está errada porque es un desatino y un sacrilegio contra San Juan Bautista.

“¡Qué barbaridad! No se frota al santo. Esta gente no sabe. Con cuidado hay que pasar dando vueltas siete veces por debajo de las manos de Juan el Bautista. ¿No ve que es el que bautiza?, sí, como él bautiza, hay que hacerlo bautizar (los billetitos)”, dice un testimonio recogido por las investigadores del Observatorio Boliviano de las Culturas.

Otro rito es el intercambio de billetes con personas desconocidas, el pagar deudas en una supuesta entidad bancaria dentro del templo, colocar fajos de billetes a los pies de la Virgen, frotar con billetes los pies de Cristo crucificado, entregar billetes a personas formalmente vestidas (para simular el pago a un funcionario de bancos), entre otros rescatados en la publicación “Alasita, universo de deseos”.

La otra cara de la Alasita es la más conocida, el sahumado y la ch’alla de las miniaturas, que son parte de la religiosidad andina.
Luz Castillo, jefa de Investigación del Musef, asegura que existe un sincretismo entre la religiosidad aymara y el catolicismo por lo que las personas no sólo hacen ch’allar las illas (productos en miniatura) sino también las conducen hasta la iglesia.

Otro de los relatos plasmados en la investigación revela que los creyentes también llevan al Ekeko a la iglesia para que sea bendecido. “Voy a entrar a la iglesia pa’ que reciba la bendición de Dios, ¿no? y la Catedral es una iglesia que según la historia es aymara, quechua, es de nuestros antepasados, como la iglesia de San Francisco. Yo siempre cada año le traigo aquí a la Catedral o a San Francisco y 12 en punto le hago escuchar misa, hacerle bendecir y otra vez su ch’alladita también doble, para que él se sienta contento, ¿no?, y luego su cigarrito”, dice uno de los testimonios.

Para el investigador David Mendoza, esta doble ritualidad que hacen los creyentes de la Alasita se presenta desde 1781, después del cerco de Túpac Katari a la ciudad de La Paz, cuando la fecha de la fiesta fue trasladada del 21 de diciembre o del 20 de octubre al 24 de enero.

La gente va y ofrenda sus billetes a las vírgenes de El Carmen y Copacabana, al Cristo Crucificado, a San Antonio y San Juan Bautista, explica Mendoza.

Estos rituales son requisito indispensable para que se haga realidad la miniatura, es una mediación entre el creyente, la miniatura y las deidades, según Castillo.

Estas illas deben ser muy bien guardadas y ch’alladas nuevamente en carnavales.
El intercambiar billetes, prestar o regalar también son parte de los rituales para atraer la fortuna y que se mantienen desde la colonia al igual que la ch’alla.

Hoy se hará la invocación al Ekeko

A las 18.30 de este viernes, en el Campo Ferial Bicentenario, se realizará la consagración a las illas e ispallas, una antigua tradición que se efectúa antes del inicio de la Feria de la Alasita.

Según Vida Tedesqui, técnica de la Unidad de Promoción del Folklore y Artes Populares de la Alcaldía, esta actividad antiguamente se desarrollaba en el cerro Laikakota, por ser considerado una wak’a o lugar sagrado.

Los encargados de este ritual son los amawt’a, yatiris y mama t’allas, quienes hacen la solicitud de permiso a la Pachamama con una ofrenda o mesa preparada especialmente para el rito.

La ceremonia se celebra a los pies del monumento al Ekeko, figura de piedra que fue trabajada por el escultor ya fallecido Víctor Zapana Serna.

Según Tedesqui, los propietarios de ekekos podrán llevarlos al lugar para que sean parte de la ceremonia, que será amenizada con pinkilladas y música tradicional de la época de lluvias.

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