jueves, 4 de noviembre de 2010

Un encuentro entre vida y muerte Con culto a las “Ñatitas” concluye Todos los Santos

• El 8 de noviembre es un día diferente, donde muchas personas rinden devoción a cráneos humanos con mucho respeto; algunos de éstos están momificados, otros van ataviados y adornados con lluch’us, sombreros o lentes.

Marcando el final de la festividad de “Todos los Santos”, el próximo lunes 8 de noviembre se realizará el culto a “las Ñatitas”, cráneos que representan deidades andinas a las que se le solicitan favores, con distintos rituales en el Cementerio General, según indica la tradición.

“La festividad de Todos los Santos está muy relacionada al culto a las “Ñatitas” y cada 8 de noviembre todos los creyentes se apersonan a rendirle culto a sus calaberitas con distintos rituales, en especial al Cementerio General”, explicó David Mendoza, sociólogo experto.

La visión que se tiene acerca de la muerte en la cultura andina, explica que los espíritus de los difuntos continúan ayudando y aconsejando a sus seres queridos aún después de pasar a una vida mejor, los aymaras veían en los restos humanos la filiación a su linaje, es decir a sus antepasados fundadores.

Mendoza afirmó que “ agregado a esto, se posee la concepción de una reciprocidad entre los vivos y los muertos, en este caso se recurre a la fuerza sobrenatural del mundo de las personas fallecidas para solicitarles fertilidad en los campos o favores en los hogares de los vivos, a cambio se les realizan ofrendas por los favores recibidos”.

Los poseedores de las Ñatitas expresan que “existe una comunicación con ellas, que les previenen de peligros o de inconformidades, mediante los sueños”.

BENDICIONES Y RITUALES

Es habitual encontrar en la población paceña una o varias “Ñatitas” para el resguardo de su familia, según la tradición ellas protegerán a todos sus integrantes y llenarán de bendiciones económicas y sentimentales a aquellos que la veneren.

Las personas que tienen una “Ñatita” en su domicilio, deberán efectuarle constantemente la entrega de flores, coca y cigarrillos, de lo contrario los protectores se molestan con la persona que los recibió en su hogar y ocurren muchas tragedias en su interior.

En la mayoría de los casos, son las amas de casa las que cuidan estos ídolos por permanecer un tiempo mayor en sus hogares y estar más pendientes del cuidado de los mismos.

La creencia estipula que “es la Ñatita quien escoge su dueño y no viceversa, por lo que si el cráneo no se encuentra contento en el lugar donde reposa perturbará de forma constante y tediosa el sueño de las personas que habitan la morada”.

NOMBRES

Cada uno de estos ídolos cuenta con una historia diferente, algunos pudieron formar parte en vida de la familia que resguardan, en cambio otros sólo fueron hallados o adquiridos por los creyentes.

Los familiares mantienen los nombres con los que fueron conocidos, entretanto los otros son dotados de un nombre por la familia que los venera. La creencia cuenta que si la “Ñatita” no está conforme con el seudónimo otorgado se presentará en sueños a su poseedor para indicarle el nombre con el que debe ser distinguida.

PRESTES

Con esta tradición se tiene la costumbre de realizar prestes y celebraciones de gran magnitud, cada 8 de noviembre.

Algunas de estas familias optan por vestir a sus “Ñatitas” con distintas prendas como lentes oscuros y lluch´us de diferente color, otros prefieren tan sólo depositarlas en cajas de distintos tamaños, formas y estilos.

Una misa y posterior bendición de las calaveras son el preámbulo de esta fiesta, aunque algunas veces, la Iglesia Católica tenga ciertos cuestionamientos respecto a la tradición.

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