sábado, 11 de abril de 2009

Miles de devotos conmemoraron el Viernes Santo, sin uniformados, pero con mucho fervor


En las puertas del templo de La Merced, dos vendedoras de palmas sentadas sobre el empedrado del atrio veían ingresar en la iglesia a cientos de fieles que se congregaron desde las 14.45 de ayer para celebrar la misa y posterior procesión de Viernes Santo, actos a los que por primera vez no asistió el Presidente ni tuvieron escolta militar.

Entre las calles Colón y Comercio aguardaban dos motociclistas de la Policía Boliviana y tres uniformados de la Patrulla de Auxilio al Ciudadano (PAC) —de los pocos uniformados que se vio—, todos esperando el momento para abrir paso a la procesión del Santo Sepulcro por las céntricas calles de la sede del Gobierno.

Al ingresar en el templo se percibía el fuerte olor a incienso emanado desde el altar mayor. En la nave izquierda, sentados ordenadamente, estaban los miembros de varias hermandades.

La cofradía de Los Caídos, ataviada de guindo y blanco, se hallaba al extremo del ingreso de La Merced, seguida por la del Paso del Calvario, de color beige. Inmediatamente estaba la Hermandad de la Virgen Dolorosa, de guindo oscuro, y finalmente la Orden de los Caballeros del Santo Sepulcro, cuyos miembros estaban vestidos de guindo claro y ubicados cerca del altar mayor.

Al extremo interior de la nave derecha del templo lucía entre telas blancas el Santísimo Sacramento, a cuyos costados destacaban nardos blancos y rosas pálidas iluminadas por algunas velas.

La liturgia fue presidida por monseñor Edmundo Abastoflor y acompañada por integrantes de la congregación María Auxiliadora, feligreses de la Hermandad San Judas Tadeo y gente de diversas clases sociales.

El mensaje de la homilía destacó el sacrificio de Jesús, el hijo de Dios que ofrendó su vida en el Gólgota por el perdón de los pecados humanos. “La debilidad nos lleva a ofender a Dios... Él nos ha devuelto a la nueva vida de los hijos de Dios... En esta situación de tensión y dificultades, que la Semana Santa ayude a abrir nuestros ojos y mente al Señor; a reconocer con fe que no hay otro más grande en la Tierra”, manifestó la autoridad eclesial.

A la misma hora, en Santa Cruz, el cardenal Julio Terrazas decía que en Bolivia ya no hay libertad para conmemorar las celebraciones cristianas. “Es tanto el bullicio, el odio del rencor, de la revancha...”, reclamó el purpurado.

Luego, en La Merced se hizo “la adoración de la Cruz”, un ritual donde la imagen de Jesucristo se presentó cubierta de un paño morado que luego fue quitado para la veneración. La comunidad quedó sobrecogida al ver cómo un anciano con labios musitantes y un campesino con ropa tradicional seguían las costumbres con humildad.

Al mismo tiempo, el párroco de la iglesia Jesús Obrero, Sandro Aranda, recordó a los fieles presentes en su reflexión el amor inmenso de Dios por la humanidad.

Terminada la misa de La Merced, llegaron el ex vicepresidente de la República Víctor Hugo Cárdenas y el ex presidente Jorge Quiroga Ramírez. Los fieles los recibieron con sonados aplausos.

Cárdenas dijo que la prohibición gubernamental a las Fuerzas Armadas de participar en los actos de Semana Santa “no fue prudente” y recordó que la patrona del Ejército es la Virgen del Carmen. Calificó de autoritarismo la inasistencia al acto de las primeras autoridades nacionales.

A propósito de ello, Tuto Quiroga también criticó al Gobierno y afirmó que el 99 por ciento de los hombres y mujeres del Ejército son fieles católicos.

Después, las ex autoridades se unieron a la procesión a la que también asistieron los ministros Nardi Suxo, Héctor Arce y Ramiro Tapia. Allí también se observó al diputado Guillermo Mendoza.

El desfile comenzó en puertas de La Merced, recorrió varias calles del centro paceño y volvió a la misma iglesia. La banda Real La Paz marcó el paso de los fieles.

En su recorrido, un grupo se detuvo en plaza Murillo y dirigiéndose al Palacio Quemado, donde el presidente Morales hace huelga de hambre, gritó: “¡Jesús, Jesús!”.

Tradiciones de cada región marcaron las celebraciones del Viernes Santo en Bolivia

En Oruro, la Alcaldía amenazó con multas de 250 bolivianos y 48 horas de arresto a quienes maten lagartijas, como parte de las tradiciones que son denominadas costumbres “santas” y que todavía sobreviven en dicha ciudad.

Óscar U., un poblador de esa urbe, dijo que mucha gente iba a los arenales y a los cerros a matar lagartijas, pues creían que ellas representaban a los judíos y que había que matarlos y luego crucificarlos.

En Santa Cruz, Janeth Rivera, una vecina, manifestó que ayer no dejó a sus hijos ducharse, pues cree que es como si se bañaran con la sangre de Cristo.

César Menacho no jugó fútbol como todos los viernes, porque, según sostuvo, patear la pelota es como pegarle a Dios. Éstas son muestras de costumbres ancestrales que aún perviven en varias regiones del país y que se practican en Semana Santa.

La dieta alimenticia también tuvo otras características. La preparación de 12 platos representando a los 12 apóstoles es una práctica de algunos hogares, como en el de los hermanos Omar y Fernando Ortuño, que residen en la zona Pampa de la Isla, en Santa Cruz, quienes este año, por la crisis económica, sólo prepararon cinco: ají de papalisa, picadito, segundo de lacayote, sopa de pan y arroz con leche. En el barrio La Colorada, la familia Claros también puso en la mesa seis variedades de alimentos.

En San Javier, la gente se volcó al templo para participar en las actividades. En Quijarro, Camiri, San José de Chiquitos, Montero y los valles igualmente hubo masiva afluencia de feligreses católicos.

En Tarija se celebró la Pascua florida de San Lorenzo, rito campesino que se realiza desde el año 1574. Desde las comunidades llegaron por la noche a San Lorenzo, esperando la resurrección de Jesús, en un ambiente místico-religioso en el que se practica el zapateo durante la Mañanita de Pascua.

En Sucre, los fieles llenaron la Catedral y siguieron la masiva procesión, que recordó la pasión y muerte de Jesucristo. Para los creyentes, la ausencia del Ejército y la Policía no restó brillo a los actos, pues la presencia de autoridades prefecturales, municipales y judiciales fue notoria.

En Cochabamba, miles de feligreses acompañaron al Santo Sepulcro en la procesión presidida por el arzobispo Tito Solari y algunas autoridades ediles. La Cruz fue llevada por los Caballeros del Santo Sepulcro que también se encargaron de trasladar en hombros y custodiar la sagrada urna en ausencia del Ejército y la Policía. También en la tarde hubo una representación de la pasión y muerte de Jesús por parte de jóvenes feligreses en la zona de Jaihuayco.

A la vez, en todo el país los huevos de Pascua de chocolate tuvieron su clientela. Consultando a quienes los compraban, éstos decían que lo hacían porque a sus niños les atraían, mas no le encontraban explicación religiosa. Pero su origen se remonta a las antiguas civilizaciones, como Persia y China, donde eran considerados símbolos de la vida.

Testimonios

“Creo que la prohibición de la participación del Ejército no atenta contra el acto, más bien está de acuerdo con la nueva Constitución Política del Estado. No se trata de imponer, se trata de respetar las creencias y la libertad de cada persona”.

María Esther Palma

feligresa

“Es el colmo que se haya prohibido la participación del Ejército y de la Policía Nacional, pero de todas maneras estamos viendo que no los necesitamos”, dijo el encuestado a tiempo de destacar la actitud devota de los asistentes.

Jaime Paredes Guzmán

feligrés

“Pienso que es magnífico que se haya prohibido su participación”, sostuvo el entrevistado y destacó que “no comulgan las armas con las cuales solían desfilar los militares con el sentimiento de amor y hermandad que debe reinar”.

Alberto Ocampo

feligrés

Detalles

Es la primera vez que los miembros de las FFAA no acompañan la procesión del Santo Sepulcro.

Rompiendo la tradición, las bandas del Ejército y la Policía no acudieron al acto religioso.

Los feligreses contrataron a la banda Real La Paz, la cual los siguió durante todo el recorrido.

Decenas de alumnos de los colegios Don Bosco y San Calixto igual estuvieron presentes.

Los fieles rememoraron el Vía Crucis también en la iglesia Jesús Obrero, con mucho fervor.

viernes, 10 de abril de 2009

El milagro de Jesús es abrir los ojos de la humanidad

Qué haría Jesús si naciera en este tiempo? ¿Qué ciudad escogería? ¿Cuál sería su modo de actuar ante la situación que hoy vive la humanidad?

Estas preguntas obligan a analizar múltiples respuestas, más aún sabiendo que, gracias al análisis de historiadores, religiosos, teólogos y científicos se sabe que fue “un revolucionario”.

Este personaje incomodó a los romanos, ingresó con paso firme en la ciudad de Jerusalén en momentos en que la sociedad sufría las desigualdades sociales y cuando las leyes, inclusive las religiosas, se habían convertido en un poder alejado de la esencia humana. Jesús cuestionó a sacerdotes y políticos con su forma de vivir y actuar; marcó así e indeleblemente la historia de la humanidad, dividiéndola en un antes y un después.

Jesús es la persona más analizada y estudiada de la historia, y es el eje de la religiosidad de muchos pueblos. “Hombre, rebelde, hijo de Dios, político, líder”, son algunos de los calificativos que se asocian a su figura.

Cristianos, protestantes, agnósticos, ateos, entre otros, se han planteado y se plantean las preguntas: ¿Quién era en verdad Jesús? ¿Qué tan pacífico fue su mensaje? ¿Cómo vivió?

Un hombre pobre y milagroso

El sacerdote católico Mateo Garau, ayudante del director espiritual del colegio San Ignacio en La Paz, dice que una primera faceta de la vida de Jesús que sorprende es cómo el “salvador del mundo”, el elegido por Dios, nació en un país pobre, no soberano que dependía del Imperio romano y “en el seno de una familia campesinita de clase muy baja”.

Si bien, explica Garau, los evangelios nunca pretendieron ser una historia auténtica con todos los detalles, sí dan un mensaje religioso profundo sobre la vida de Jesús. En ellos se conoce a un hombre que nace, “según nuestra fe cristiana”, por una revelación divina en la Virgen María, “sin intervención del varón y sólo por obra de Dios”.

Como el niño necesitaba un papá terrenal, “el Señor escoge también a un hombre de la clase social más humilde, carpinterito de pueblo de quinta categoría, llamado José. Un hombre de corazón recto y puro”.

Grandes angustias debió vivir José al ser novio de María y enterarse de que su enamorada estaba embarazada, comenta.

“Pero Dios actuó con lo que el evangelio llama el Ángel del Señor”, y le dijo a José: “No temas, lo que hay en tu novia viene del Espíritu Santo; llévala a tu casa, cásate con ella y tú le pondrás el nombre de Jesús a este niño porque él será el que salve a su pueblo de los pecados”.

El nombre de Jesús, Yhesua, (en hebreo), en el Antiguo Testamento, significa “salvador”.

Un líder que se enfrenta

Ricardo Zeballos, sacerdote y docente de la Universidad Católica Boliviana, analiza al Jesús adulto que se rebela ante su realidad y se convierte en un líder que vino a “incomodar” a los romanos y plantear nuevos esquemas de vida en la sociedad en ese tiempo que se regían por leyes “que sojuzgaban al hombre, cobraban impuestos injustamente, ponían en el último eslabón de la sociedad a la mujer, entre otros”.

Contrariamente a lo que piensa la mayoría de la gente, añade Zeballos, del mensaje de Jesús se debe rescatar que, en ningún momento, vino a hablar de paz en el sentido de comodidad, de inacción.

“Al contrario vino a ‘encender el fuego’ y a ayudar a la gente a ver que era tiempo de analizar lo que estaba pasando y a abrir los ojos ante tantas injusticias”.

Su prédica la imparte en un tiempo de extrema pobreza y desigualdad. Esto no solamente dañaba y destruía la unidad familiar, la de las comunidades (porque tenían que vender su tierra, empeñar sus cosas, migrar), también convertía a la gente en esclava por sus deudas, la exponía a las enfermedades y la muerte. “Nadie los ayudaba, pues según la Torah, si estaban enfermos era porque algo habían hecho mal y Dios los estaba castigando”, indica Zeballos.

Jesús se empieza a cuestionar esta realidad siendo aún un niño, como refleja el episodio del templo según el evangelista Lucas. Asume así la misión de cambiar las cosas y “abrir los ojos de la gente que estaba siendo engañada con teorías y leyes que no los ayudaban”. Empieza a curar, “no sólo a devolverles la vista física, sino a empujarles a ver su realidad. Da la voz a quienes no podían reclamar justicia y decide que el cambio ya llegó”.

Con su propia vida empieza a desafiar, con su propia vida mostraba lo que estaba haciendo daño a la sociedad. “Con su cuerpo, su voz, su cercanía a la gente, sus caricias, su ternura y esa voz y la originalidad que tenía para encontrar palabras, empieza a encaminar a la gente”.

¿Fue pacífico su mensaje?

Según los críticos y científicos del programa La vida Desconocida de Jesús (Discovery Channel), se debe recordar que Él terminó su recorrido en una ciudad de gran tensión, con sentimientos religiosos y políticos muy fuertes. Y Zeballos sostiene: “Llegó a un lugar a predicar sobre un reino, no sobre dinero ni apellidos, sino un reino de Dios que está en las personas; un reino que se debe respetar tanto como al ser humano”.

Desafió las creencias en contra de la mujer y se les unió, trabajó al lado de ellas y por ellas. Trabajo más por una “verdadera fe” que era la de pensar en el prójimo, coinciden los consultados. 

Para comprender mejor el contexto en el que actúa Jesús, hay que saber, como se ha dicho, que Jerusalén atravesaba un momento de enorme. Era una ciudad con más de 100 mil habitantes, distintas religiones y figuras del poder que no daban lugar a la discusión. Ésa fue la situación a la que se enfrentó.

Cuando entra en la ciudad y es recibido como el Rey de los Judíos, es cerca de Pascua, la fiesta más representativa del lugar.

Jesús sabía bien lo que le podía suceder. Discovery, en su seguimiento científico, apunta que otros líderes judíos que le antecedieron habían sido muertos, crucificados como “una advertencia pública para otros que cometiesen el crimen de rebelarse. Jesús lo hizo de todas maneras.

Los sacerdotes se preguntan si, en el mundo actual, con problemas parecidos a los de Jerusalén e inclusive mayores, ¿se escucharía a Jesús o se lo crucificaría?

jueves, 9 de abril de 2009

La crisis hace que esta Semana Santa las casas rurales superen en ocupación a los hoteles

El turismo rural se ha convertido, por precio y por la cercanía y accesibilidad de los destinos que ofrece, en una alternativa en tiempos de recesión para quienes han perdido parte de su poder adquisitivo pero no quieren quedarse en casa en vacaciones. Salvo en algunos destinos de sol y playa, el sector hotelero tradicional soporta esta Semana Santa -uno de los tradicionales períodos de mayor actividad- un desplome del negocio que amenaza con estropear la campaña de primavera. Las casas rurales, por su parte, están al 85% y rozan el 100% de ocupación en cinco comunidades autónomas.
Tras saborear las mieles de siete años de crecimiento vigoroso, los empresarios del sector turístico buscan ahora a la desesperada fórmulas para sortear esta crisis. Todos sus estudios, encuestas y predicciones conducen a una conclusión: los españoles no renuncian a sus días de descanso, pero han recortado presupuesto y cambiado sus hábitos para ajustarlos a la capacidad actual de sus bolsillos. El viajero actual ha reducido sus días de estancia, ha sustituido el avión por el coche y se conforma con destinos nacionales, en detrimento de los grandes viajes. Ya no se trata de ir más lejos que nadie a conocer lugares exóticos, sino de escapar y relajarse. Un esquema mental que encaja de lleno dentro de la oferta de turismo rural.
Según datos facilitados por la central de reservas Toprural.com, el nivel de ocupación de los alojamientos rurales de alquiler íntegro alcanza esta Semana Santa el 84,7%. La información, recabada a través de los calendarios de disponibilidad de los propietarios de 3.610 casas, constata además que hay cinco comunidades autónomas que rozan la plena ocupación. Se trata de Navarra (97,6%), Castilla y León (96,4%), Extremadura (91,7%) y Aragón (91,2%), que apenas han notado la crisis. Frente a eso, las reservas en hoteles de toda la vida estaban 75% de media, según datos de la patronal del sector (CEHAT), a sólo una semana de las vacaciones. Entonces, los propietarios se aferraban a la posibilidad de que un aluvión de contrataciones de último minuto y por Internet les salvara el negocio.
Descenso de ocho puntos
Todos esos datos no significan que las casas rurales no estén sufriendo la crisis. Comparado con el mismo período de 2008, cuando la media de ocupación de estos alojamientos fue del 93,1%, padecen un descenso de ocho puntos porcentuales en el número de visitantes. Las comunidades que peor lo están pasando estos días son las del sur y Madrid. En Murcia, las casas están al 50%, frente al 97,9% del año pasado; en Madrid, la caída es de casi 27 puntos (65,1% en vez del 92% de 2008) y Andalucía pierde un 21,8% de ocupación y está al 65,9%, frente al 87,7% de la Semana Santa anterior.
La asociación de propietarios de casas rurales (Autural) está inquieta y alerta de una bajada en la tasa de ocupación, en parte fruto de la gran proliferación de alojamientos, que no ha cesado en época de crisis. Los datos que maneja la patronal demuestran que se trata de un sector que también vivió una gran expansión en años recientes, pero ya no da más de sí. En 2008 visitaron sus establecimientos 2.626.821 viajeros, frente a los 1.467.539 de 2003 -año en el que sitúan el despegue del turismo rural español-. Aún así, 2008 fue el año del frenazo, al bajar el número de turistas rurales un 1,86%. La estancia media no llegó a los tres días en el conjunto de España.
Más plazas
Autural subraya que su mayor negocio está en los fines de semana, puentes, festivos y Semana Santa, fechas que se ajustan a las preferencias de los viajeros que buscan destinos cercanos -para no sacrificar horas de descanso en aras del desplazamiento- y a los que puedan llegar en sus vehículos. Quizá por eso desde 2003 el número de alojamientos ha crecido en toda España de forma ininterrumpida, sobre todo en las zonas cercanas a grandes ciudades. Incluso en un año malo para el turismo como 2008, el número de casas creció un 11% en toda España, según datos de Toprural.
El número de plazas ofertadas muestra incrementos en todo el país, con Andalucía a la cabeza, seguida de Extremadura, Comunidad de Madrid, Castilla y León y Castilla-La Mancha. En resumen, las casas rurales -que en 2008 movieron 4.500 millones de euros, según Toprural- tienen un problema de matemáticas muy sencillo y común a cualquier negocio: si aumenta su cifra y cae la de clientes, tocan a menos por establecimiento.